Chakra del Corazón o Anahata.
Anahata es el nombre sánscrito con el que se designa el cuarto chakra, situado a la altura del corazón. Significa invicto o imbatido.
Tradicionalmente es representado con un loto de doce pétalos en los que aparecen las letras Kam, Khan, Gam, Gham, Ngam, Cham, Chham, Jam, Jham, Nyam, Tam y Than.
Su elemento asociado es vayu, el aire o viento, elemento intangible que canaliza el prana y que mora en el pecho.
Su color es difuso, va del blanco al gris, algunas veces se lo representa azul y otras verde.
Al despertar este chakra hemos cruzado un límite, hemos pasado del mundo material al espiritual y, aunque no nos desprendemos del primero, aquí podemos trascender nuestros deseos y pasiones y obtener la capacidad de expresar el verdadero amor.
Cuando Anahata está en armonía, se expresa en la capacidad de curación y atención a los demás, en la poesía y en el arte. Quien domina este chakra es compasivo y desinteresado.
Cuando Anahata no funciona correctamente, esta disfunción se puede manifestar como dificultad para expresar los sentimientos o con una sensación de ansiedad, hipersensibilidad o remordimiento. En el caso más extremo, el sentimiento es el odio.
En el cuerpo físico está relacionado con el timo, el corazón y el sistema circulatorio, los pulmones y el nervio vago. Cuando está desarmonizado, se manifiesta en problemas del sistema inmunológico y afecciones cardiacas o pulmonares como asma o hipertensión.
En el aspecto psicológico está directamente relacionado con los estados de ánimo. Funcionando armónicamente se convierte en todas las posibilidades de goce estético, de amor pleno, de unión con toda la creación.
Cuando Anahata está abierto, la energía de los chakras superiores e inferiores se unifican en él convirtiéndose en un centro de vibraciones positivas que pueden dar origen a la sanación física y espiritual.
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